jueves, 3 de julio de 2014

Te amo pero…

¿Por qué la vida en pareja no es fácil?
Porque hay otro con el que tengo que lidiar.
Sí, la palabra lidiar no suena muy bien.  Supuestamente estar en pareja significa compartir y caminar de a dos, codo con codo, un mismo camino. Un camino de amor.
Pero no es lo que sucede siempre.
Las parejas de hoy lidian, se enfrentan, confrontan midiendo quién gana la pulseada.



Se trata de amor con condiciones. Te amo, pero todo tiene un límite.
Yo pongo todo esto entonces vos poné aquello. Por que si no, no te amo más.
Entonces las relaciones pasan a ser sólo contratos donde cada una de las partes se compromete a aportar su capital y, si alguno no cumple con lo propio, comienzan los problemas.
Es claro, el matrimonio es un contrato si lo vemos exclusivamente como una convención de prestaciones y contraprestaciones (te doy para que me des). Y, de alguna manera, nuestra vida pasa a consistir en una constante negociación y renegociación.
¿Es justo, no? Te doy si me das. Yo lo hago, pero vos también, ¿eh? Si no, esto no funciona.
Y así vamos por la vida, controlando que se cumpla lo acordado, pasando facturas y reclamando castigo cuando corresponda.
¿Y el amor?
Quedó para los poetas y las películas.
La  gente cree que amar es sacrificarse, inmolarse, sufrir por el otro, o dejar que te pasen por encima.
Nada más lejano de la realidad.
Amar es aceptar –recordando que aceptar no es resignarse-
Amar es entender que me das lo que podés, tomarlo y sentirlo suficiente.
Y cuando hay conflicto y discusión, amar es poner el corazón sobre la mesa, hablar sin miedo a decir lo que sentís y es escuchar, profundamente y sin prejuicios. Soltar el control del otro y ofrecerle libertad, para tenerla.
Que sienta amor por vos no significa que no pueda tomar la decisión de separarme. Pero desde la paz.
Es posible que juntos no podamos vivir, que no encontremos la forma de comunicarmos, que ya no tengamos el interés de compartir la vida juntos, pero eso no significa que el amor desaparezca. Porque el amor es respeto y honra los vínculos más allá de la forma.
Se trata de un cambio de mirada.
Mirar estando a la defensiva significa que vemos en el otro un posible atacante y desde esa posición no se puede construir nada.
Depongamos las armas y entendamos que no hay nada que defender. No pueden hacernos daño, si así lo decidimos.
Se trata de un cambio de mirada. Y no me refiero a mirar con los ojos sino con el corazón. Porque, en definitiva, lo esencial es invisible a los ojos. ¿O no?

fuente: http://www.primerafila.com.ar/labuenavida/--Te-amo-pero-20131122-0005.html


No hay comentarios:

Publicar un comentario